A la belleza se le perdona todo, incluso la vulgaridad.
M. Barbery, La elegancia del erizo.
Estancia;
pues yo, qué quieren que les diga,
mi nombre es inútil, mi rostro está en los trenes,
me dedico a esto, vivo allí, tengo tantos amigos
B. García Faet, Introducción a todo.
Vuelta;
que la lluvia
convierte las ventanas en pantallas.
Soy el protagonista de mi autismo.
D. Leo García, Dime qué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario